
La innovadora propuesta de Microsoft abre la puerta a una nueva era en computación cuántica, prometiendo transformar los centros de datos y redefinir los mercados tecnológicos globales.

La innovadora propuesta de Microsoft abre la puerta a una nueva era en computación cuántica, prometiendo transformar los centros de datos y redefinir los mercados tecnológicos globales.

Esta pregunta abre un debate mas grande que la propuesta estadounidense. Hoy nos encontramos globalmente en muchas comunidades debatiendo las preocupaciones por el accionar de esta y otras redes sociales. Podríamos estar ante el primer paso de una discusión social de época mucho mas potente.

Mientras el mundo de la IA celebra a GPT‑5.2 como el nuevo estándar para el trabajo profesional, Google mueve la batalla a otro frente: el navegador. Con Disco y sus GenTabs, convierte tus pestañas abiertas en mini‑apps funcionales sin que tengas que escribir una sola línea de código, abriendo la puerta a una nueva ola de micro‑SaaS nacidas directamente desde la navegación cotidiana.

GPT‑5.2 inaugura una etapa en la que la verdadera ventaja competitiva no será “usar IA”, sino orquestarla como capa operativa que audita, ejecuta y reconfigura carreras profesionales en la economía del conocimiento latinoamericana.

Australia acaba de prohibir redes sociales a menores de 16 años, y ya hay una cadena de países —Dinamarca, Malasia, Noruega— que preparan sus propios “bloqueos digitales” inspirados en ese modelo. El debate sobre la infancia en internet se ha vuelto global.

El acuerdo que habilita a Sora y ChatGPT Images a usar más de 200 personajes de Disney no se entiende solo como un contrato de licencia: es una operación financiera y estratégica donde el “pago” se desplaza del efectivo a la exposición accionaria, en un momento en que Hollywood intenta domesticar —sin frenar— la economía de la IA generativa.

Tras una década de promesas desmesuradas, la inteligencia artificial deja de venderse como varita mágica y empieza a ser evaluada como lo que es: una infraestructura costosa, poderosa y limitada que ahora debe demostrar resultados concretos. El mercado empieza a exigir pruebas: adopción real, retorno medible y un modelo de negocio que cierre sin quemar fortunas en cómputo y data center.