Crear tu app: de idea a mini‑SaaS con Google AI Studio y Antigravity

El flujo maestro es: describir la idea en lenguaje natural en AI Studio, generar varias versiones de la app, guardar el código en un repositorio privado y luego clonarlo en Antigravity para pulirlo, conectarlo a APIs y dejarlo listo para producción.

Crear tu app en Google AI Studio

En AI Studio, el punto de partida es un prompt detallado que describe el tipo de negocio, el tono visual, las secciones de la web y el objetivo principal (por ejemplo, capturar leads para una clínica dental o una empresa de paneles solares). La plataforma interpreta esa descripción, planifica la arquitectura básica de la app y genera en minutos una landing page funcional con HTML, CSS y JavaScript listos para usar.​​

Un truco clave es ejecutar el mismo prompt en varias sesiones a la vez para obtener tres diseños distintos de la misma idea, desde interfaces minimalistas tipo “vibe coding” hasta variantes más conversacionales con chat integrado. Esto permite comparar estructuras, copy y jerarquía visual, quedarse con la versión más clara y luego pedir pequeñas iteraciones, como incorporar un análisis automático de la landing con puntuación, fortalezas, mejoras accionables y palabras clave SEO.​​

Afinar la experiencia y la auditoría

Además de generar la página, es posible dar instrucciones para que la propia app realice una auto‑auditoría cada vez que se crea una web, asignando un score de conversión, listando problemas de claridad, llamadas a la acción débiles o secciones sobrecargadas. Ese análisis se puede presentar de forma más visual, con iconos, barras y etiquetas en lugar de bloques de texto densos, lo que hace que incluso usuarios sin formación en marketing puedan decidir si vale la pena regenerar el diseño.​​

Agregar un botón de “Regenerar diseño” dentro de la interfaz es otra pieza importante: convierte la herramienta en un pequeño taller continuo donde el usuario puede probar variaciones sin volver a AI Studio. De esta manera, el generador de sitios se vuelve flexible para distintos rubros locales (clínica dental, paneles solares, peluquería, estudios médicos) manteniendo una mecánica repetible de prompts y mejoras.​​

Exportar a GitHub desde AI Studio

Cuando la app ya funciona y cumple con lo básico, el siguiente paso es sacarla de AI Studio para no quedar atrapado en un entorno pensado para prototipar. La propia interfaz ofrece un botón para guardar el proyecto en GitHub, creando un repositorio (idealmente privado) con todo el código fuente versionado y listo para seguir iterando.​​

Trabajar con GitHub permite retroceder si un cambio rompe algo, comparar versiones y, sobre todo, conectar la app a herramientas más potentes como Antigravity o pipelines de despliegue posteriores. En la práctica, este salto marca el punto en el que un experimento de “vibe coding” se convierte en un proyecto de software que puede crecer y acumular cambios con orden a lo largo del tiempo.​​

Gemini 3 Pro Image cambia las reglas del juego visual

Llevar el proyecto a Antigravity

Antigravity funciona como un entorno de desarrollo asistido por agentes, donde se clona el repositorio de GitHub y se delegan tareas complejas a un agente que entiende el proyecto completo. El flujo típico es seleccionar “Clone from GitHub”, elegir el repo creado en AI Studio y abrirlo en el workspace local para que el agente analice la estructura, instale dependencias y levante el servidor de desarrollo sin escribir comandos manualmente.​​

Desde el Agent Manager, el usuario puede pedir tareas de alto nivel como “analiza el proyecto y ponlo a correr en local” o “ajusta el layout para que la sección de testimonios sea más visible en móvil”, mientras el sistema se ocupa de los detalles técnicos. Esta lógica de desarrollo por delegación rebaja la barrera de entrada: quien viene de AI Studio y no se siente cómodo editando código directamente puede seguir avanzando con instrucciones en lenguaje natural.​​

Configurar la API de Gemini y manejar límites

Para que la app siga generando páginas o análisis desde Antigravity, hace falta configurar la API Key de Gemini como variable de entorno o archivo de configuración, lo que el propio agente puede automatizar si se le pega la clave generada en AI Studio. Este paso asegura que las llamadas al modelo no queden expuestas en el código público y que la aplicación siga funcionando cuando sale del entorno controlado de Google.​​

Sin embargo, el uso intensivo de modelos avanzados puede chocar con los límites del plan gratuito, sobre todo si la herramienta genera muchas páginas al día o se apoya en modelos como Gemini 3 Pro. Una estrategia razonable para un mini‑SaaS de nicho consiste en usar variantes Flash para generación rápida, reservar modelos más pesados solo para análisis complejos y monitorizar las cuotas diarias para evitar interrupciones inesperadas.​

Por qué este flujo sirve para mini‑SaaS locales

La combinación de AI Studio y Antigravity crea una escalera clara: primero desbloquea la creatividad y el prototipado rápido para personas sin experiencia, luego ofrece un espacio más riguroso para quienes quieren convertir ese experimento en producto con mantenimiento real. Para negocios locales, esto significa que una sola persona puede lanzar un generador de sitios que produce landings específicas por ciudad, rubro y estilo visual, con margen para iterar el modelo de negocio sin rehacer todo desde cero.​​

En el fondo, estas herramientas ponen en manos de emprendedores y freelancers algo que hace pocos años estaba reservado a equipos técnicos completos: pasar de idea a aplicación en producción con una cadena de prompts, un repositorio bien configurado y un puñado de decisiones inteligentes sobre modelos y límites de uso.​​